27 feb 2024

La psicopatología en la Edad Media [Psicopatología]

Continuamos avanzando en las civilizaciones históricas de la Psicopatología. Tras ver la influencia de Roma, se aborda la etapa de la Edad Media en un nuevo contenido relacionado con la historia de la psicopatología.


La psicopatología en la Edad Media [Psicopatología]

La Edad Media abarca desde la caída del Imperio romano por los bárbaros en el año 476 hasta la caída del Imperio bizantino en 1453, y se caracteriza por una serie de guerras, epidemias y la represión religiosa. Además, se intenta reivindicar las aportaciones científicas mostrando interés por las psicopatologías, pese a ser una época oscura para la evolución científica.

Existe marcada dualidad sobre trastornos mentales: naturalista frente místico-religioso, destacando el segundo con fuerza bajo ideología cristiana y considerando la enfermedad mental como una interpretación demonológica. Las ideas de la iglesia no se debían discutir ni dudar ya que eran dogmas de fe, venían de Dios, estando reñidas con la razón.

La fe relegaba los saberes filosóficos anteriores como los científicos, considerando la enfermedad mental como una posesión demoníaca. Podía ser de dos formas:
  • Voluntaria: la persona hacía un pacto con el diablo para obtener poderes sobrenaturales.
  • Involuntaria: la persona era abandonada por Dios y la poseía por haber cometido algún pecado.
Podemos decir que en esta etapa, la locura se debía a la influencia del maligno y era algo que debía ser tratado en los monasterios eclesiásticos mediante oraciones, conjuros e incluso utilizando agua bendita, reliquias y formas de exorcismo.  

El temor de la gente se acrecentó tras epidemias como la peste y las hambrunas pensando que determinadas personas estaban maldecidos y eran utilizadas como ejemplos. Esta incertidumbre y miedo en la vida medieval llevaba a una mística salvaje y una patología masiva.

En lugares como Italia, el tarantismo (o baile de san Vito en resto de Europa) era conocido como una manifestación de peregrinaje a la deriva de numerosas personas que desvariaban, saltaban o bailaban.

Por otro lado, destacar en esta etapa el tema de la brujería, estableciéndose en 1233 la institución de la Inquisición por el papa Gregorio, que protegía dogmas cristianos y perseguía la herejía y brujería entre sus misiones.

También destacar en esta etapa a pensadores como Alberto el Grande y Tomás de Aquino, con posición naturalista sobre los trastornos mentales, considerando que el alma (cuasi-divina) no podía enfermar y la locura se debía a una enfermedad somática. Ambos prestaron atención a síntomas cognitivos, por ejemplo a las alucinaciones, y propugnaban tratamientos relajantes (sueño, baños, etc.) sin descartar otros más violentos. Además, Tomás de Aquino describiría la manía (ira patológica), psicosis orgánica (pérdida de memoria) y epilepsia.

En esta etapa se destacan los escritos de Arnau de Vilanova armonizando la teoría de los humores de Galeno con la demonología, ya que algunos como los calientes eran relacionados con el diablo. Del mismo modo, se relaciona la teoría galénica con la astrología, considerando Marte como el responsable de la melancolía, relacionando el color y calor del planeta con la bilis. Igualmente, consideraba determinados versículos del Evangelio de san Juan tendrían efectos beneficiosos sobre el insomnio.  

Tras esto, ¿qué postura tendría el mundo árabe en esta etapa? En próximas entradas veremos en papel del mismo en el mundo de la psicopatología.

Imagen. Santo Tomás de Aquino. 


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