8 ene 2024

Burrhus Frederic Skinner y la Psicología Experimental [Psicología del aprendizaje]

Continuamos con inicios del siglo XX para seguir abordando aspectos históricos en los inicios de la Psicología del aprendizaje, concretamente abordaremos uno de los autores clásicos de la Psicología experimental: Burrhus Frederic Skinner.


Burrhus Frederic Skinner y la Psicología Experimental [Psicología del aprendizaje]

B. F. Skinner (1904-1990) es el último de los grandes clásicos de la psicología experimental. Es un psicólogo controvertido y un temprano disidente de la teoría E-R. Su primer libro se publicó en 1938 bajo el título «La conducta de los organismos: un análisis experimental», donde realiza estudio exhaustivo de los principios y las leyes generales que gobiernan la conducta voluntaria de los organismos.

Definió la conducta voluntaria por presentarse «sin la intervención de un estímulo antecedente observable» y la denominó «operante libre», no mostrando un interés tan pronunciado por las conductas reflejas, como anteriormente hizo Pavlov y el sector más influyente del conductismo norteamericano. El concepto de operante libre resalta que los organismos no tienen por qué depender de la aparición de un estímulo para la realización de una respuesta. La emisión o no de la respuesta depende del organismo y no de los estímulos ambientales antecedentes (estímulos discriminativos), que actúan como moduladores del momento adecuado para la realización de la respuesta.

Skinner distingue entre respuestas elicitadas o respondientes y las respuestas emitidas u operantes. Para este autor, al señalar que los organismos emiten respuestas voluntariamente destaca que esta afirmación no implica necesariamente que la causa o explicación de la conducta se encuentre en cambios interiores en el organismo, como había afirmado Tolman.

Por el contrario, Skinner sostiene que la conducta de los organismos se mantiene por sus consecuencias ambientales, y aunque en apariencia la conducta parezca buscar un fin (un propósito en terminología de Tolman), la explicación de la conducta hay que buscarla en las consecuencias ambientales que en el pasado siguieron a la emisión de esa conducta en particular.

La paloma sería el sujeto por excelencia de los experimentos operantes realizados por Skinner. No picotea la tecla de la caja experimental para lograr comida, sino que lo hace porque en el pasado la conducta de picar la tecla fue seguida de consecuencias positivas para la paloma. Para Skinner, aunque la conducta parezca perseguir un fin, la explicación real se encuentra en la historia del organismo y no en los acontecimientos futuros.

Imagen 1. Skinner mostrando una paloma. 

Skinner se separó del modelo conexionista en dos aspectos radicales a través de los conceptos de conducta operante y control estimular. Las respuestas deben ser consideradas como clases-concepto. Un mismo cambio del ambiente, por ejemplo, presionar una palanca o empujar una tecla, puede realizarse por un animal de varias formas, constituyendo todas ellas una misma clase funcional. Estas clases se definen en base al efecto que la respuesta tiene en el ambiente, pero no en base a su forma o topografía particular. Por ejemplo, el número de actos distinguibles que una rata tiene que hacer hasta producir el movimiento adecuado de la palanca es indefinido y muy grande.

Las clases funcionales permiten superar el carácter particular e irrepetible de una respuesta, y hacen posible la predicción y el control de la conducta. De esta manera, la relación entre una clase de movimientos de un organismo y una clase de acontecimientos ambientales, constituyen la unidad funcional del análisis de la conducta.

Definir la conducta, no como movimientos musculares o apariencia (estructura), sino en términos de función, permitió el desarrollo de explicaciones seleccionistas de la conducta que se asemejan a aquellas de la teoría evolucionista.

Desde perspectiva evolucionista es erróneo afirmar que las especies se adaptan al medio, así como para Skinner resulta erróneo afirmar que organismos se ajustan a una situación ambiental dada. El medio es el que selecciona los rasgos adecuados y el medio el que mantiene y moldea la conducta.

Este énfasis aleja a Skinner de explicaciones de sus contemporáneos, distanciándose también de la formulación original de la ley del efecto propuesta por Thorndike, quien afirmaba que la fuerza de los estímulos para actuar como reforzadores procedía de su capacidad para producir placer o reducir el dolor.

Skinner nunca recurrió a explicaciones tan subjetivas para describir efecto de los reforzadores, aludiendo exclusivamente a su efecto de incrementar o disminuir la probabilidad futura de la conducta. Por ello, Thorndike se considera como el defensor de la ley teórica del efecto y a Skinner como defensor de la ley empírica del efecto.

Una categoría funcional de conducta (ejemplo, la operante) es análoga a una población de organismos. En cambio, en la visión E-R no hubo papel para variación en la respuesta, asignando explicaciones seleccionistas un papel central a la variación. El cambio evolutivo resulta de éxitos diferenciales entre variaciones en la población.

Las explicaciones seleccionistas descansan en la historia y patrones de variación dentro de la población, que cambian a lo largo del tiempo en respuesta a los patrones de variación con éxito.

Un patrón dentro de una población de organismos no puede ser evaluado en un punto del espacio sino sólo sobre un área geográfica (hábitat). De la misma manera, un patrón dentro de una población conductual (categoría funcional) no puede ser evaluado en un punto en el tiempo sino sólo sobre una muestra amplia.

Como resultado, el interés se traslada de eventos momentáneos a patrones ampliados de eventos. La variabilidad de la conducta es una característica que puede ser condicionable. Los organismos pueden ser recompensados no por hacer una respuesta particular, sino por hacerlo de una forma variable.

Imagen 2. Burrhus Frederic Skinner.

BibliografíaPellón Suarez De Puga, R., Miguéns Vázquez, M., Orgaz Jiménez, C., Ortega Lahera, N. y Pérez Fernández, V. (2014). Psicología del aprendizaje. UNED.


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